Los responsables de marketing exitosos son selectivos. Quienes se enfrentan a recortes presupuestarios están bajo la presión de priorizar sus esfuerzos para obtener el mayor beneficio a corto plazo. La selección implica una focalización, pero para que ésta sea exitosa debe centrarse únicamente en aquellos espacios de mayor crecimiento con el menor esfuerzo.
Para tomar decisiones inteligentes, los responsables de marketing necesitan información basada en datos sobre la relación coste-beneficio que ofrece cada oportunidad. Deben respaldar sus decisiones de priorización con evidencias. Cada oportunidad de negocio debe cuantificarse en función del valor potencial que ofrece, y de la posición actual de la marca o el “derecho que tiene a jugar” en un espacio determinado. Esto aporta claridad a la hora de actuar: ayuda a los responsables de marketing a identificar los objetivos de desarrollo más altos y a obtener frutos alcanzables que pueden activarse con presupuestos más bajos. ¿El resultado? Un camino claro hacia mejores ventas potenciales a corto plazo.
Pero refrescar la perspectiva y reenfocar los esfuerzos es algo más que apuntar con eficacia: se trata de desafiar y redefinir los objetivos tradicionales, de modo que amplíen la perspectiva y abarquen otros nuevos.
En tiempos de cambio, habrá ganadores y perdedores. Para tener éxito, las marcas deben detectar las oportunidades que emergen de las variaciones en el comportamiento del consumidor.
“El cambio brinda a las marcas la oportunidad de reconsiderar su estrategia principal y buscar nuevos targets que traigan nuevos ingresos cuando la base original de clientes se ha retraído. Reflexionando con cuidado sobre lo que llamamos “frutos alcanzables” y lo que se necesita para conseguirlos, podría abrir nuevas vías hacia la demanda. Esto solo se consigue con más esfuerzo, pero garantizará futuros beneficios”, explica Rachel Thompson.